Querido destino, me tomaste de la mano y me llevaste a la oscuridad. La destrucción de nosotros mismos es algo tan hermoso... Ella solo era una hermosa chica con el peso del mundo a sus hombros, y yo, solo era una patada en las bolas para su mundo que estaba pintado en oro. Tal vez ese era nuestro destino, destruirnos hasta que todo acabara...
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