Era curiosa la situación de ambos collares. Ambos estaban hechos para dos personas, para compartirse y atesorarse de por vida. Pese a eso, uno se encontraba abandonado, solo y sin su otra mitad, llorando en la oscuridad de la jungla de Tauro. Mientras que el otro yacía con dueño, recibiendo el calor de un amor incomparable en la laguna de Acuario.All Rights Reserved