Elvira de Talagante, con tan sólo 17 años de edad llegaba con sus padres y hermano mayor para quedarse en una tierra desconocida para ellos; todos consientes de haber huido del horror de la Revolución Francesa. Era dueña de una particular belleza, lucía una piel de porcelana, larga cabellera con rulos color oro, rozándole su hermosa figura, llegando hasta su baja espalda y unos profundos ojos verdes como el mar.
Tenía una fuerte personalidad, valiente e intrépida y justo eso hiso que Santiago de Liniers, duque de Lambeth, quien tenía especial talento y afinidad por la pintura se fijara en ella, pasión que era su mas absoluto secreto, Elvira accede a posar para el creyendo que era un simple pintor que estabá de paso por la ciudad.
Escucho pasos detrás de mí y corro como nunca.
-¡Déjenme! -les grito desesperada mientras me siguen.
-Tienes que quedarte aquí, Iris. ¡Perteneces a este lugar! ¡Tú no eres una humana normal! -grita un guardia sin dejar de perseguirme...
-¡No! Yo pertenezco a mi ciudad, con mis padres... -cuando estoy por llegar a la salida veo a dos chicos.
Practicando con espadas...
-¡Sky! ¡Atrápala! -grita Rick...
Uno de los chicos desvía su mirada y nuestros ojos se conectan
Sus ojos dorados me miran fijamente...
Revolotea despreocupado su cabello rubio, pero luego...
Se da cuenta de lo que sucede y me apunta con su espada
Yo me detengo inmediatamente...