El estar con él era un quizás indefinido, una incertidumbre continua, casi infinita. Nunca sabía donde empezar, ni terminar. O si estábamos juntos o separados. Rara vez entendía lo que sentía y cada vez que decía que si, él decía no, pero aún así lo quería. A pesar de que sus ojos me recordaran un huracán tan cruel que no deja rastros de nada, que su sonrisa me pareciera una clase de tortura que finalmente aniquilaba y que él en sí pareciera un laberinto sin salida; yo me veía como una sobreviviente. Bueno, no tan así. Digamos que intuía que el sería mi destrucción y yo la suya, pero preferí cegarme, porque supe, que de una forma u otra nos encontraríamos en la vida y estaríamos destinados a demolernos entre nosotros sin piedad, sin manera alguna de evitarlo. Tarde o temprano nos encontraríamos. Y lo encontré, encontré a Liam, pero también encontré a Kal.All Rights Reserved
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