Yo soy el fuego, durante las noches frías te daré calor y cuando tengas hambre cocinaré tus alimentos sin reparo. Mi carácter está bien definido, no puedo ser tibio, tu sabes que puedes esperar de mi, si te acercas demasiado e intentas poseerme te vas a quemar y si te alejas demasiado, me extinguiré.
A veces he tenido que alimentarme para seguir vivo, quemando hasta las cenizas piezas de algo que antes fue. Pero no soy malo por ello, aunque puedo alimentarme del mundo entero, elijo hacerlo de piezas sin importancias y carentes de valor. Mi brillo se debe a que puedo arder con pasión de los restos de otros incapaces de brillar.
Soy imprudente, soy apasionado y soy arrojado. Cuando comienzo a arder, mi corazón empieza a latir fuerte y puedo llegar a consumirlo todo, sumiendo al mundo en un lugar gris y desolado de restos humeanets y cenizas ardientes. Si pasara eso, el agua y la tierra podrán detenerme, pero el viento me avivará para destruirlo todo.
Soy líder entre los elementos, arrogante por naturaleza y conciente de mi fortaleza. Dependo de otros para subsistir, pero eso me hace capaz de sobresalir. No me importa llamar la atención, pero lo haré invariablemente. Puedo ser tu mejor amigo o tu peor enemigo, capaz de construir grandes cosas, transformar elementos y lamentablemente destruirlo todo. Se que no soy lo único, ni lo mejor absolutamente, pero me gusta saberme fuerte y con caracter definido.
Odio cuando el agua cambia su curso, no tolero cuando el viento es caprichoso y helado y no comprendo porque la tierra es tan inmutable, sin embargo me gusta cuando hago hervir al agua, cuando después de arder creo a la tierra y cuando el viento me aviva. Estoy conciente de mi necesidad de los demás, de la misma manera que reconosco que los demás necesitan de mi. Soy parte importante del ciclo.
Se que es difícil comprenderme, porque mi naturaleza es muy diferente a los demás, pero al menos soy muy congruente, siempre conservo mis propiedades