«Ni las estrellas podrían opacarte en el cielo esta noche, cariño. Tus ojos son destellos y tus labios carnosos arden en deseo. Quiero probarlos, sentir el calor del fuego recorriendo por mis venas. Juntos podríamos crear chispas, que sólo serían el inicio de un incendio incontrolable. Fuimos creados para arder en el más insano de los infiernos. Porque tú y yo, nacimos para morir.»