-Lo siento, Tom -exclamó. Las lágrimas le mojaron la piel-Lo siento tanto. Dijeron que te matarían si no hacíamos exactamente lo que ellos decían. Por más horrible que fuera. ¡Perdóname, Tom! Thomas no podía contestarle ni responder a su abrazo. Traición. El cartel en la puerta de Teresa, la conversación entre las personas en sus sueños. Las piezas comenzaban a ubicarse en su lugar. A juzgar por la información que él tenía, ella solo estaba tratando de engañarlo otra vez. La traición implicaba que él ya no podía confiar en ella, y su corazón le dijo que no podía perdonarla. En cierta forma descubrió que, después de todo, Teresa había mantenido su promesa inicial. Había hecho todas esas cosas horrendas en contra de su voluntad. Lo que ella le había dicho en aquella choza en ruinas había resultado cierto. Pero también sabía que la relación entre ellos nunca más volvería a ser la misma. Apartó a Teresa de su lado. La sinceridad de sus ojos azules no lograba atenuar su duda persistente.