Veía avecinarse una tormenta, y yo... estaba en el medio de ella.
Lo vi acercarse.
Quería esconderme, desaparecer, que la tierra se abra magicamente y me tragara.
Necesitaba algo y tenia que ser ¡Ya!
Pero el miedo me bloqueó.
Se acercó peligrosamente.
Sus ojos negros estaban oscuros... y no hablemos del contorno de su ojo izquierdo.
¿Adivinaron lo que sucedió?
Asi es, yo, una pequeña presa, había golpeado accidentalmente al chico popular, el cazador, y lo había dejado con un ojo negro, que no favorecía para mada su imagen.
Yo, la pequeña presa, una chia común y corriente y tímida, había desatado la furia del chico popular, arrogante, narcisista e idiota del instituto.
Se acercó a mi, y me sentí indefensa por su semejante altura.
Lo vi sonreir con malicia y no de la buena.
-Esto- señaló su ojo- Me lo pagara pequeño saltamontes.- susurró muy cerca de mi oído. Estaba tan cerca que me tense al sentir su respiracion chocando en mi nuca.
Gemi.
Dios, ¿En que me había metido?
Ya estoy hasta la madre de escribir tantas historias sin terminar, pero aquí vamos de nuevo...
Donde un Draco Malfoy tiene autismo, fue abandonado por su madre y se hizo mejor amigo de Harry Potter antes que el trío de oro.
hay una serpiente blanca, un lobo negro y un diario.
Ah, y los fundadores lo ven como la cosa más linda del mundo.