Beth Crumley era , literalmente, la número uno en todo lo que hacía, cada actividad en la que participaba lograba ser la capitana, la protagonista, o lo que la denominara como la mejor. Invencible y elegante, como una reina, dueña de todo lo que se propusiera y nadie quería estorbarle.
Pero su imperio estaba al borde de derrumbarse con la llegada del chico vaquero que, para sorpresa de todos, poseía una inteligencia sobrehumana. Aquél chico alegre , al que nadie quería acercarse por miedo de contagiarse de su torpeza, había hecho lo que simples mortales no habrían logrado ni en sueños, ganarle a Beth Crumley.
Con un talento casi natural y pasos resbaladizos, Fynn Howie, era considerado como una amenaza por Beth para conseguir la beca por la que había luchado, que hasta su extraña llegada, estaba en sus manos. Y para el pobre chico aquello era una simple excusa para pasar con ella, sin darse cuenta que poco a poco se robaba la corona.
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