Dicen que si una pareja cierra un candado en el puente de Milvio y después arroja la llave al río, su amor será para siempre y nada podrá separarlos jamás. -Cuidado, macho, siempre es una palabra muy grande…- susurró con una sonrisa desde la orilla observando la farola adornada con candados de otras parejas que se creían aquella leyenda vieja. -Ya que hablamos de palabras grandes: te amo.- fue la respuesta que Yong Guk pronunció al tiempo que cerraba el candado para después voltear y entregarle la llave.- Y no me importaría amarte siempre…