No sé como empezar esta historia pero lo haré lo más claro posible. Hace algunos meses había decidido hacerme ver, me haría notar de alguna manera en la población estudiantil del Colegio San Judas y lo logre gracias a mi entrada triunfal efectuada el primer día de clases. Todas las miradas se habían posado en mí, incluso la de él. Martín Duque. En el momento en el que nuestros ojos hicieron contacto sabía que había roto la regla #1 para pasar mi tercer año de colegio con éxito: No enamorarme.