El me esta mirando. ¿Será la primera vez? Tal vez... No podría ser que no me hubiera dado cuenta antes si me miraba, su mirada es tan poderosa que siento que me penetra la piel. Baje la mirada queriendo ignorar el hecho pero seguía sintiendo su mirada, volví a mirar con la duda, él seguía allí. A tres filas a mi derecha con su espalda pegada en la pared cruzando las piernas jugando con su dedo sobre su boca mirándome fijamente bajo su flequillo color negro. ¿Tendrá curiosidad de lo que dibujo? No.. Imposible. Tal vez, ¿tengo un moco en la nariz? Inconscientemente lleve mi mano a rozar con mi nariz, nada. ¿Debería mostrarle una señal ruda de esas "¿que me ves?" Para que deje de hacerlo? Fruncí las cejas en su direccion, es tan extraño. Seguía mirándome. Cada cuatro de cinco días de clase de matemática notaba su mirada después de aquel día que la sentí por primera vez. Se le estaba haciendo costumbre al igual que a mi al soportar sus miradas, seguir con lo mío e ignorarlo. Pero cada día era mas intenso... No tenía a nadie a quien contarle de aquello, ¿padres? Ja, que gracioso. ¿Amigos? Se podría decir que no tengo, solo compañeros a los que les hago creer que somos amigos, no quiero sufrir de nuevo, no quiero cambiar de escuela y ciudad por la confianza que algún día tuve, es mejor solo fingir que nada sucede y no hacer demostraciones de confianza y mejor aun; no tomarla. Hasta que llego él que lentamente comenzó a romper el muro que ella había construido con dificultad.
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