Cuando se tiene un trastorno mental como el mío uno se da cuenta de dos cosas 1) los medicamentos son una mierda 2) igual tenemos que tomarlos. Sino empieza la inestabilidad, la depresión, la lucha con tu mente, el encierro, y toda la mierda que es aún peor que los medicamentos. Así que no hay opción. En realidad no es la gran cosa, termina convirtiéndose en una rutina, en algo normal. Pero ya estaba cansado.
Cansado de no poder vivir sin ellos.
Supongo que por eso no los había tomado ese día. El día en que la conocí.
Nunca me habían gustado los lugares que mi amigo me recomendaba pero después de la tarde depresiva quise intentarlo.
No tengo recuerdos muy claros de esa noche en realidad, pero estoy seguro que no fue el típico momento donde la chica y el chico se chocan, se miran a los ojos y se dan cuenta de que son el uno para el otro y caen profundamente enamorados y viven felices para siempre. Pero hasta el día de hoy sigo agradeciendo no haber tomado los medicamentos esa tarde.
Cuando Jana, una talentosa y apasionada arqueóloga, es elegida para un proyecto de exploración por el gobierno, no imagina que esta misión cambiará su vida para siempre cuando conoce al comandante Maximilian Hofmann; el prometido de la mejor amiga de Jana, por más que intenten evitarlo la atracción se vuelve cada vez más insoportable entre ellos, mientras se embarcan en una peligrosa expedición que los hará vivir una aventura llena de mentiras, secretos y erotismo. ¿Logrará Jana evitar mezclar sus sentimientos y su deseo?