Tras mil años de espera Ahryelle consigue su sueño de renacer como Kumiho, lo que no sabía era que ese deseo se convierte en una pesadilla. Tras convertirse realiza el peor pecado posible y se condena de por vida. Tras esto, huye al bosque donde rompe a llorar y nadie puede escuchar sus gritos de dolor. Mientras tanto, un siervo y mensajero del Dios Shinto se alza para llevar a cabo su deseo, la condena a muerte de la Kumiho Sangre, sufrimiento y amor marcarán la historia de la recién renacida como Kumiho Ahryelle, condenada a muerte por los dioses.