Tengo una manía tonta,
una de tantas,
y eres tú. Tú y tus besos por la mañana, tú y tus caricias antes de dormir, tu forma de calmarme, de ahuyentar mis miedos, de impedir que me rompa, cuando el viento, con su fuerza, trata de empujarme hacia abajo. Dicen por ahí que los vicios a veces son malos, y yo creo que es porque no te han probado a ti. Que sí, que fumar mata, y todas esas mierdas, pero no me importaría morir en tu boca, con una última calada, de un beso amargo, de aquel café que te tomaste a las tantas. Y no, no voy a cerrar los ojos para ver si esto pasa, porque sé que en el momento en que lo haga, te vas a desvanecer, como el humo de aquel último cigarro, de aquella última colilla que quedó en el cenicero, antes de que cogieras tus cosas, y desaparecieras para siempre. Y no, no sé si es que soy masoca, o quizás me he vuelto una loca, por ti, pero no tengo valor para dejarte marchar. Y seré la última gota de tu copa, que jamás llegarás a probar.
[El texto NO es mío.]
Luke, un niño de 13 años amante de todo tipo de novelas, series y mangas, muere y reencarna en el mundo de Wednesday con poderes psíquicos por encima de la media.
Mientras se sumerge en el mundo de los marginados y los monstruos, descubrirá que no es tan simple como parece. Luke en su nueva vida es descendiente del famoso escritor Edgar Allan Poe y debe lidiar con un viejo rencor familiar.