Tu amistad me tiene descontrolado. En mis ojos se ve constantemente el reflejo de tu sonrisa. No hay nada más complicado que intentar ocultar algo que es inevitable. Cada día que paso a tu lado, percibo cómo nuestra amistad se va distorsionando. Al mínimo roce, cuando me abrazas demostrándome esa complicidad inocente, partes mi coherencia en millones de partículas. Eres la realidad perfecta con un único defecto, tus ojos no hablan mi mismo lenguaje ¿se puede ser amigo del trozo que te falta? Ocultar mis sentimientos, sin querer, me hace cambiar la forma de observarte. Cada vez te quiero más y tú no paras de contarme tus secretos, tus romances, esos mismos que se clavaban en un corazón que ya no aguanta más heridas.
Amiga, intentaré hacerte entender que quiero vivir la siguiente vida a tu lado, porque esta se la has concedido a los demás. Haré que despiertes con un único nombre clavado en tus sueños. Pero ahora voy a aguantar que no me correspondas, ocultaré mis sentimientos escondiéndolos tras la delicadeza de tus caricias. Te querré en silencio y seré esa cajita en la que guardas tus más íntimos misterios.
Despiértame cuando lo necesites, aquí estaré para siempre.