Niall extraña su hogar, extraña Irlanda y su vida en Mullingar se siente como sí hubiese sido sólo un sueño, San Patricio se acerca y a él le mata no estar ahí para festejar, Harry daría cada moneda ahorrada por cumplir los sueños del muchacho, pero ellos viven en Londres apenas pagan la renta y Harry acaba de ser despedido. Harry hará lo que sea para que Niall se sienta como en casa: aprenderá a bailar, cocinará y hablará con acento irlandés... hasta pintará la ciudad de verde.