Dicen que cuando estas enamorada sientes mariposas en tu estomago y piensas todo el tiempo en esa persona. Yo nunca estuve enamorada, creo. Aunque como toda niña, tuve esos enamoramientos con algún niño de mi salón. Pero no duraban más de una semana. Jamás sentí las "mariposas". Eso cambió cuando apareció ese estúpido rubio engreído, que alguna vez fue mi amigo. Ya no era como yo lo recordaba, antes era tierno y gracioso. Ahora era arrogante, engreído y frío.