La primera vez que te vi, estabas ebrio y yo estaba desesperada; Llevabas una sonrisa de lado, la cual era imposible apartar la vista. Pero de algún modo que ahora no se me ocurre ninguna idea de por que pude hacerlo, para mí fue de lo más corriente, Dios que equivocada estaba.
No me gustaste, te odié desde que vi la botella de alcohol en tu mano derecha y lo sentí en tu aliento, el cual no dejaba de llegar a mis fosas nasales gracias a las chorradas que me gritabas al oído. Ese bar estaba lleno, estaba a reventar. En ese tiempo no sabía que ibas a tocar y que toda esa multitud venía a verte solo a ti y a toda tu banda, seguramente en ese tiempo me hubiera reído, me hubiera reído en tu cara, a carcajadas. Pero no lo hice.
No sabía que era a la primera chica que te acercabas a hablar directamente después de 2 años, tampoco cuanto dolor había detrás de esa sonrisa que intentabas cubrir con alcohol y drogas; Me comporte como la maldita perra que jamás quise ser, pero no me dejaste. En cambio, te acercabas más a mí, sabias que estaba escondiéndome, que tenía miedo, sabias que teníamos miedo.
No se me paso ni un minuto por la cabeza que tu igual lo sentías, lo respirabas. Estábamos asustados, a la guardia de quien decía algo para abandonar al otro más rápido.
Estuve a punto de ser yo.
Yo tenía 19 años, pero te di todo lo que tenía.
Tú tenías 23 y no me diste nada, ni siquiera una pizca de sentimientos.
Esos sentimientos por los que hoy estas llorando.
Ella odia la atención
Él adora la fama que tiene como jugador
Ella ama leer
Él ama el fútbol
¿Conseguirán ser más que amigos aunque ella sea vasca y él catalán? ¿Aunque ella odie el fútbol y él leer? ¿Aunque él la vea como la fan del Athletic y ella como el defensa del Barça?