En los majestuosos castillos antiguos, cada sala recibe un nombre. Ya sea a raíz de la decoración, algún detalle particular o una pieza de historia que hubiere acaecido en ese lugar, no hay habitación de que carezca de apelativo.
Por años suficientes para ver pasar generaciones enteras, se creyó que la Habitación Azul tomaba su nombre del color de los textiles que la aderezaban. Sin embargo, había otra historia, una que por todo ese tiempo se halló envuelta en un halo de misterio, y que comenzó durante una fiesta de solsticio de invierno...
Historia participante en el Concurso Pasos.