Querido Darren: Sé que nunca leerás estas cartas, pero ya que no puedes verme ni oírme me conformaré con escribírtelas. Es curioso, porque te veo las 24 horas del día (Es mi misión ahora)... Y aún así te echo demasiado de menos. Siento muchísimo que no sepas que ahora soy tu ángel de la guarda, mi niño. Pero te prometí que nunca me alejaría de ti, ni muerta. ¡Y mira, creo que soy la primera novia del mundo que cumple una de estas! Me he enrollado mucho. Verás, esta carta era para decirte... Que encontraré la forma de que me veas. ¿Sabes? Ahora tengo alas. Te contaré mis avances, Lara.