Hay rosas increíblemente hermosas, tanto, que no podemos creer que lleguen a tener espinas, hay mujeres increíblemente hermosas, tanto, que no creemos que tengan errores, pero al querer la rosa, debes querer sus espinas, y al querer a la mujer debes querer sus errores. Siempre esta el chico malo, con tatuajes y problemas que enamora a la mujer pura e inocente y luego la hace sufrir, pero ¿qué pasaría si fuera la mujer con problemas la que decide enamorar al hombre bueno y éste termine sufriendo? -Charlott... -Parecia saborear mi nombre, como si nunca hubiese escuchado un estúpido nombre como ese, su mirada era tan pura y sincera, tan calida a la vez que por un momento pensé que abrazó a todos mis demonios y estos sonrieron, solo por un momento y solo fue un pensamiento. -Me gusta tu nombre Charlott, me llamo Christian, un placer. Y es ahí, justo en ese momento, donde la vida de esta pequeña rosa con grandes espinas cambia por completo. [No es un fanfic]