Dulce por dentro, Fría por fuera

Como aún era pronto me puse a jugar al billar con los chicos, pero ahora sin ayuda de Bill. Al final llamé a Bill porque no metía ninguna.
-Bill me ayudas.
-¿Qué pasa?
-Que no consigo meter ninguna bola.
-Ja, ja...
Se volvió a poner como la otra vez, aunque no ganamos metimos alguna bola y nos reímos mucho.
***
Estaba tumbada en la tumbona, mientras ella estaba sentada en un sillón con un cuaderno de notas. Como no tenía ganas de contestar, me puse a observar la sala, tenía una estantería muy grande y llena de libros, la sala daba al patio, que ahora estaba blanco, pues había estado nevando ayer y por la noche. Me la quedé mirando, y decidí contestar la verdad, pero peor no me podía ir.
-Pensé en alcohol y drogas, pero tenían un inconveniente.
-¿Cuál?
-Es demasiado lento.