De pequeña siempre escuchaba la historia de Alicia y su país de las maravillas, así que cuando sus padres le propusieron ir a un día de campo y vio a aquel conejo blanco y negro no dudó en seguirlo a su madriguera y meterse en ella. Pero no recordaba que el túnel subiera en vez de bajar, que hubiera flores asesinas o un parque de atracciones abandonado.