Fernanda, una chica de 17 años. Probablemente apasionada, oscura o alegre. Ni siquiera ella lo sabía aún. Su madre, había desaparecido, para siempre y no por qué lo quiso, así debía ser.
Su padre, su mejor amigo. Pero quizá no confiaba lo suficiente en los hombres como para revelarle el verdadero sentimiento que la acompañaba y a veces atormentaba desde que vio a Juan saliendo de la piscina del instituto, ¿así se llamaba?, si ese era su nombre. Si, simplemente un día pensó que sería agradable leer un libro, ambientado con el sonido de las olas artificiales de la piscina olímpica de su escuela. Y ahí lo vio. Su torso mojado al igual que su cabello negro que estaba despeinado gracias al roce de la toalla azul que nunca dejaba. Parece un ser divino, lleno de belleza y elegancia, pensó.All Rights Reserved