-Hayley, por favor, no me hagas esto, perdóname.
-¡NO! Me has colmado la puta paciencia.
-Te lo recompensare, te lo juro.
-No, entiendeme. Tú le diste a la policía mi dirección y ahora tengo que irme cuánto antes.
-Si, lo sé. Ellos me obligaron.
-ME IMPORTA UNA MIERDA, ¡¡ME TRAICIONASTE!! Lo hiciste igual que mi estúpido hermano. Y ahora está muerto.
-¿QUÉ? Eres un mounstro. ¡Tú no eres mi niña!
La miré por última vez,
Sus ojos reflejaban terror,
Y esa sensación de miedo, me encantaba.
Tenía la pistola frente a ella,
Y antes de apretar el gatillo.
Le dije:
-Adiós, Mamá.
"Sólo quise a uno. Él quería a dos.
Eramos la misma. Nunca se enteró".