Sofia.
Vi el objeto que reposaba sobre el lavamanos, no lo podía creer.
Esto no podía estar sucediendo, no otra vez. Era el karma o mal chiste del universo.
Había solo una explicación, era de él.
Nuevamente estaba embarazada.
Rodrigo.
Volví a soñar con ella, su risa, sus labios... Su amor, todo ese amor sin condiciones que no supe valorar.
Lamentablemente ganó el deber por no decir que la manipulación y el miedo de perder a mi hijo.
Ellos aún no lo sabían, pero habían sido víctima del despecho de aquella que no se daría por vencida y que por retenerlo a su lado atento contra lo más hermoso que ambos compartían.
El destino caprichoso quiso ponerlos frente a frente una vez más, una ocasión especial a la que no podían faltar, solo que habían pasado tres años y ella no estaba sola y él aún la amaba.