"Te espero en una página en blanco. Tal vez, y sólo tal vez, si nuestro amor hubiese sido en otra vida, en otro tiempo, en otra etapa... todo hubiese sido distinto. Pero Jade, vida mía, no cambiaría nada del efímero tiempo que tuvimos juntas. Aquellos momentos huyendo como si siguiese en los 50 se quedarán grabados a fuego en mi memoria. Jamás podré olvidar tus pequeñas manías, esas que aún mi pobre ser puede recordar de ti, esas que te hacen ser tú. Tu felicidad es todo aquello que deseo, pero no puede ser ahora. No puede ser aquí. No. Yo te esperaré, Jade, siempre seguiré aguardando tu llegada. Espero que vivas tu vida siendo tú misma, espero que llegues a casarte, ¿y quién sabe? quizá hasta tengas hijos. Quiero que llegues a ser una pobre anciana, mi vida, quiero que en tu lecho de muerte recuerdes tu pasado y sonrías. Quiero que me recuerdes, Jade. Quiero que recuerdes estos últimos años. Quiero que recuerdes las largas noches en vela en el césped de tu casa mirando a la nada, sonriendo como si la presencia de la otra fuese la fuente de nuestra vitalidad. Quiero que recuerdes las mañanas de espanto en las que dejabas que mis temores fluyesen y que me aterrorizaran. Quiero que recuerdes las tardes de largas caminatas, con el sol en nuestra espalda, disfrutando del paisaje. Quiero que recuerdes los días que pasamos en nuestras camas, abrazadas en silencio, llenándonos mutuamente de paz. Recuérdame. Recuerda que te espero en una página en blanco. Con amor, Perrie. "