Todos se preguntaban por qué alguien como ella, divertida, alegre, extrovertida y con otros tantos adjetivos geniales, ahora se juntaba con Leo, el chico que peleó contra doce tipos y los venció dejándolos inconscientes, que destrozó un salón completo cuando el profesor lo desaprobó en un examen y que había entregado a uno de sus desconocidos amigos a la policía para no ir preso por robo a mano armada, entre tantas otras fechorías. Ese era el Leo que el colegio alegaba conocer y que nunca nadie puso en duda. Sin embargo, todo cambia con un día lluvioso y un alfajor a medio morder.