¿Imaginan tener que viajar miles de kilómetros con tal de proteger su vida? ¿No verdad? Scarlett tampoco lo imaginó, hasta que tuvo que hacerlo. Con lágrimas en los ojos, miedo en el cuerpo, y heridas sangrantes en la blanca piel de Scarlett, huir. Huir de él. Huir a una nueva vida. Huir a la otra punta de Estados Unidos. Huir, a California.