En tempestades y problemas, Lauren creyó que la mejor escapatoria era vivir en su pasado. Regresar a esos días cálidos de verano, dónde su hermana Jules no se había ido y los problemas se veían tan lejanos a su vida convencional. Convirtiéndose en alguien introvertida, Lauren desea a alguien que la escuche y que sienta empatía por ella.
Dante, siendo todo lo opuesto, camina bajo cielos rasos y no deja que una ventisca le afecte. Obligado a madurar a temprana edad, Dante desea a alguien que le haga revivir sus años de juventud, con una actitud vívida y una mirada siempre hacia delante.
Un día de invierno, Dante y Lauren se conocen en una pista de patinaje. A pesar de no ser las expectativas del otro, deciden darle una oportunidad al lento camino de su romance, convirtiéndose en un doloroso proceso de reconstrucción y confianza.
A pesar de que su amor no es de película, están convencidos de permanecer juntos para siempre, sin importar los defectos del otro y lo que la vida les depare.
Al defender a su familia de un asaltante y morir, Alicia es transmigrada a un mundo del matriarcado, donde las mujeres son el pilar y las que mantienen a la familia, mientras los hombres son los que se quedan en casa.
Lo más sorprendente para Alicia no es el sistema en el que se rige la sociedad, los hombres, que no solo son los que dan a luz, si no, que se dividen en dos.
Los oro, la clase baja que tienen tendencia a dar a luz a otros hombres.
Y los jade, la clase alta que tienen tendencia a dar a luz a mujeres.
No solo eso si no que al ser las mujeres un bajo porcentaje, las familias se conforman por un harem de hombres, los cuales no son vistos más que como máquinas de hacer bebés.
La imagen la saque de internet créditos de la imagen a: "Alya".