Hoy, es un día cualquiera la incertidumbre de tu aún no acogida partida me abraza y llena mi espiritú de consolación, de un hermoso dolor que me sustenta en mi peor momento
Aprendí muchas cosas de ti
Lo mucho que duele renunciar a las personas que amas por ejemplo
Y si hubieras querido quedarte ¿Amor mío, dueño de mis pesares lo habrías hecho?
Que díficil es no suponer
E imaginar lo que habría sido de lo que nunca fue
Condenandote por decisiones que no tomaste y cosas que quizá nunca hubieras hecho
Pero te extraño
No quiero dejar ir
Tu recuerdo, cada año
Me llena de un sentimiento fútil, de pensamientos innecesarios y reflexiones vanas acerca de mi existir. Es increíble como la vida recobra sentido para alguien que ya no lo busca en ella
Dueles en profundidad, haces verme en un abismo de melancolía donde nada más tiene lugar que la soledad y la espesa negrura, el aire tan denso que pasa por mi nariz hasta mis pulmones haciendo díficil respirar
Estabas en mis más dulces sueños, llenos de esperanza de algún día realizar pero ahora se alejan de mí agonizando con los huesos rotos, tan livianos, que el mismo viento se los lleva hacia el horizonte donde estos se pierden a un lugar que nunca los podré hallar
El miedo es parte de mí así como lo es todo ahora, sufriendo aún teniendo el recuerdo de un amor fugaz y tan dañino como el envenenamiento, arruinas mi vida y nisiquiera eres parte de ella, me condenas a la eterna mediocridad, a la estúpida sociedad, mis pensamientos, mi vida, a mí sin ti. Por ahora no podré entender esto que no siendo, es y no estando, está. Perdiendo mi tiempo en angustías, reproches e inseguridad, supongo que es mi culpa soy la que me he permitido estár así. Soy tan inmundamente feliz siendo infeliz por ti, mi corazón se revuelva en tu ausencia como un cerdo lo hace en su propia suciedad es un placer estár en lo más bajo por ti, quien por ahora te ama, yo.