Entro al restaurante y busco esa cara conocida. Ahí está él con su traje y su móvil en mano. Giro la cabeza y le veo a él también. Con una chaquetilla blanca puesta y el nombre de su restaurante gravado de color negro. Me lanza una mirada, de ésas que hace que tu cuerpo tiemble y tu cabeza de vueltas. Me acerco a él y le beso tiernamente haciendo que él qude petrificado por unos segundos pero al otro ya está respondiéndome. De lejos le veo. Mirando la escena fijamente y apretando los puños. El hombre que está delante mío me da la mano y me conduce hasta las entrañas de su restaurante mientras mi cabeza da vueltas. Solo hay una cosa en claro. O eso creo