¡Ayuda, ayuda!, es lo que recuerdo que mí padre gritaba, ¡Toma él teléfono!, sin duda ese fue el peor día de mí vida, no podía creer lo que había pasado, quería regresar a aquel día en donde todos eramos felices, sin problemas, sin llanto, veía a mí padre llorando y gritando, a mí madre gritando y tirada en el suelo, mis hermanas llorando en un rincón, y yo parada con él teléfono en la mano, temblando, llorando, totalmente sin saber que hacer, baje nuevamente la mirada, y lo que vi aun lo recuerdo con horror y agonía, no quiero repetir aquel día...