Querido Alejandro:
Sé que eres muy pequeño ahora para saber todo lo que quiero decirte, por eso te lo escribo en una carta. Quiero que sepas que te quiero como a nadie, que llenas te ese vacío que tu padre y yo jamás supimos llenar. Te he visto sonreír, llorar, dormir y comer, y debo decirte que eres precioso, eres la luz de mis ojos, el amor de mi vida.
Sólo quiero que sepas que lo más hermoso que me ha pasado en la vida es que tú fueras mi hijo; cargarte, quererte, jugar contigo, regañar te algunas veces, abrazarte y besarte. Te quiero mucho, mi pequeño. Eres, fuiste y serás la luz de mis ojos y el sol de mi vida. Promete me que siempre serás una persona de la que pueda estar orgullosa porque, aunque no lo creas, ya lo estoy.
Te quiero mucho, mi niño. Espero que siempre me recuerdes.
Te ama, tu madre.