Hayley era ajena a la imagen que presentaba cuando el agua se deslizaba de su cuerpo, y lo dejaba pálido y brillante bajo la luz de la luna. Su cabello, echado hacia atrás, revelaba los rasgos puros y encantadores de su rostro. Alta y ágil, sus curvas eran plenas y firmes. Los pechos generosos estaban coronados por pezones rosados que se habían endurecido por el frío aire nocturno. Una cintura esbelta acentuaba su generoso contorno y la curva impecable de sus firmes nalgas. Debajo de un vientre ligeramente redondeado, el nido de rizos que adornaba su montículo era pálido y relucía con el agua del estanque. Sus piernas eran largas y curvilíneas, desde lo alto de sus muslos proporcionados a sus pies delgados y arqueados. Con intención de recoger su ropa, se inclinó para recuperar su camisa y comenzó a secarse. El sonido de un leve crujido captó su atención y buscó en la oscuridad hasta que sus ojos encontraron al lobo esta historia no es MIA. es de una de mis escritoras favoritas kate stelle