Apenas era un niño cuando comencé en el arte de la guerra, mi deseo al principio era servir a mi rey pero con el tiempo termine convirtiendo en uno, muchos recordaran por siempre mi nombre, pero para mí eso nunca fue lo más importante; a pesar de mis errores a pesar de todo lo malo que he hecho en mi vida, solo una cosa me mantenía de pie, firme, con mi cabeza erguida y es servir a mi Dios, algunos me llaman rey, otros me llaman mercenario, pero eso ya no importa, solo importa el hecho que gracias a Él aun estoy aquí, por eso escribo estas lineas, porque nunca me cansare de agradecerle.