Una noche cualquiera, de entre la niebla, aparece una mujer encapuchada, la cual abandona a un indefenso bebé llamado Charlie, en la puerta de un cementerio.
Mike, el guarda de aquel lugar, y donde el residía, encuentra al pequeño, y decide ser su protector, tanto, que no ha dejado salir al pequeño Charlie de aquel cementerio nunca.
Charlie, de ya unos 14 años de edad, como ya estaba escrito anteriormente, no ha salido nunca de aquel lugar. Su único entretenimiento, era estar con su mejor amigo Max, su perro, el cual fue encontrado por Mike mientras rondaba por el cementerio, cuando Charlie apenas tenía 2 años de edad.
Poco después, un chico llamado Jake, apareció en este cementerio. Charlie lo ve, y por algún motivo, tuvieron una conversación, en la cual se hicieron amigos, y poco a poco empezó a surgir algo más.
Al tiempo, una noche, apareció dentro del cementerio una mujer encapuchada, la cual accidentalmente se cruza con Charlie, quedándose mutuamente perplejos.
YA...A LEER.
Saint Adofaer es un hospital psiquiátrico de alta seguridad donde habitan los monstruos más oscuros de la mente humana: asesinos, manipuladores, criminales que se esconden detrás de una máscara de enfermedad.
Anthony Cadwell, un joven residente de psiquiatría, llega con un propósito claro: explorar los límites de la locura y entender lo incomprensible. Pero Saint Adofaer no es un lugar para comprender, es un lugar para resistir. En sus pasillos helados y bajo las luces estériles, conocerá a siete pacientes, cada uno una grieta en la humanidad, cada uno una forma distinta de perder la esperanza.
Pero será su última paciente quien lo marque para siempre. Una historia que sobrepasa todo diagnóstico, y que le enseña una verdad inquietante: los libros de medicina no lo enseñan todo.
¿Qué sucede cuando aquello que intentas salvar te susurra que nunca debió ser salvado?