Cuando dañas, Cuando Hieres a la que sano tus heridas, De m ás no está, Humillarse, Valentía tener, Para perdón decir... El poeta no elige su musa, Sólo surge, Escribe y luego reflexiona. Carta de corazón, De un poeta arrepentido a la princesa hermosa del reino de sus demonios, A la chica que los tranquiliza.
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