- ¡Estarás bien!, Matt -Grité a todo pulmón, de su pecho brotaba tanta sangre que cada vez se hacía menos probable salvarlo. -Señorita aléjese, esta es área restringida -Un par de médicos me alejaron del cuerpo de Matt. Ya no podía más, ni el, ni yo. No encontraba la manera de entrar, estaba golpeando la puerta del quirófano desesperadamente. Estaba sola, sin consuelo, mientras que Matt se desangraba. Era demasiado tarde.