Cada día cuesta levantarse, el sol de medio día es sofocante, el ruido en la calle es asfixiante, las largas horas en el trabajo son interminables y mis momentos felices poco a poco son inalcanzables. La rutina me consume y a pesar de ser consciente de ello, dejo que lo haga sin remordimiento alguno, ¿en qué momento empecé a ser así? Yo solía asombrarme con cada cosa que sucedía, estaba atento al sonido de las alas de cada insecto que me rodeaba. No dejaba de preguntar a mis padres una y otra cosa; mis padres.. Ahora no los veo mucho ni sus rostros me parecen conocidos, hace mucho que no les digo hola. Olvidé el sonreír de verdad, me convertí en una persona normal como los extras de mi propia vida. Por última vez me levanto y no reconozco el lugar en donde estoy, es un cuarto lleno de personas que no conozco, me observan como si me estuvieran estudiando. Todos tienen una mascarilla puesta, una luz me enceguece y todo se acaba.All Rights Reserved
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