Hija De Hechizos Y Resurrección

Desolación,

Tristeza,

Dolor,

Culpa.

Eso es lo único que siento desde hace siglos, ¡milenios!. Pero nunca arrepentimiento, ¡eso jamás! Nunca podría arrepentirme de darle vida al amor de mi existencia, a la dueña de todo mi ser. Soy egoísta porque no puedo dejarla marchar, porque no puedo dejar que tenga paz. Pero... ¿no harían ustedes lo mismo si la dueña de su alma muriese cada año?, ¿si tuvieran el don de concederle por lo menos 365 días más de vida?. Pero duele, duele mucho cuando llega el final, cuando la veo morir una y otra vez sin poder hacer nada. Pero lo que más duele es verla despertar y ver en su hermosa mirada que no me recuerda.