Alex bennett parece un adolescente de 15 años común y corriente, pero no es lo que parece la verdad pertenece a una familia de vampiros pero el es la oveja negra de la familia porque es humano debido a que su padre siendo vampiro se enamoro de una humana (su madre) pero Alex no es del todo humano, ya que su tío siendo brujo y jefe del aquelarre bennett le enseño a despertar y utilizar sus poderes. Alex asistía a una escuela para supernaturales junto a vampiros, brujos, licántropos, nefilim, etc. Todo en su vida parecía "normal" hasta la llegada de un chico a su vida que lo haría descubrir ciertos sentimientos y cambiara por completo su destino y lo colocará en medio de una guerra mística que el debe librar junto a su verdadero amor.
Información importante:
Los primeros capítulos de estas historias son cortos, tienen mala ortografía y son un poco tediosos en cuanto a la trama, pero más adelante cambia, no piensos cambiarlos porque fueron mis primeros capítulos y son mi esencia, además de que muestran mi progreso como escritor, tal vez más adelante publique otra versión totalmente corregida.
Ahora que ya sabes esto tu decides si seguir con esto o no, gracias - Schiff.
- Hola Yubin - saludo como si nada.
Viendo que Yubin lo miraba entre asombro por su reacción, hasta burlón por saber algo que él posiblemente estuviera ignorando.
No creo que debas estar feliz - soltó el Cataño al acercarse a la cama y sentarse en la orilla, viendo que la sonrisa de su amigo desapareció entre sus palabras.
¿N-No f-fue un sueño? - pregunto con el temor de que su pesadilla fuera real. Y la negativa que le dio Yubin, lo hizo sentir nauseas y escalofríos.
No lo fue, si lo hiciste - le dijo sin dudar aun cuando el azabache ya sabía la respuesta.
- Te le declaraste y él te dijo que si, y luego te desmayaste - agrego alzando los hombros, ignorando todos los gestos que hacia el azabache al escuchar todo.
¡No puede ser cierto! - grito al empezar a jalarse los cabellos con fuerza. - ¡Fue tu culpa! - expreso al acusarlo con el dedo el no ver a otro culpable de su miseria.