Desde lo profundo, hasta lo infinito.

Vuelve pues aquella deslumbrante pasión por estampar las cosas que dentro de mi han encontrado un refugio, donde los secretos que desintegran las paredes de una mente inadecuada se exponen a la luz con miedo e incertidumbre.
Puesto que desconozco si han visto la luz tras todos sus pesares, y la fría y angustiosa melodía del silencio y la duda muerden el doblegado espíritu de una alma abatida.

Lienzo en blanco es este portal, el cual le da forma a la oscuridad que en letras plasma su lamento.

Amanecer, atardecer, anochecer, el ciclo de vida de este universo que habita en mi mirada.
Querida amiga mía, abandonada pues fuiste por mí, para pasar por la puerta de una inexistente luz, la cual, cegando mi juicio, arremetió finalmente tras la ardua espera por mi alegría.
Alegrías, dulce sabor lleno de ingenuidad, único firme alimento del insaciable apetito de la ironía que domina los pasos a vivir para todos nosotros que ahora aseguro, olvidamos donde está la felicidad.