Lili y Lulu se conocieron el día que ambas cumplían siete años. Desde ese instante, decidieron que serían mejores amigas para siempre. Si el destino había hecho coincidir a dos cumpleañeras en un parque una tarde de Otoño, sería por algo. Sin embargo a veces las promesas infantiles no son más que juegos de niños y la vida nos hace ver lo que creíamos mágico no es más que una simple casualidad. El día que ambas acabaron el instituto las dos tomaron caminos diferentes. Quizás, porque era verdad lo que decían todos: Lili y Lulu hacía tiempo que no tenían nada en común. Ahora Lili tiene 21 años y vive sola en un pequeño ático en una zona cercana a la facultad. Su vida es tranquila y monotona, sale poco y estudia mucho. Tiene un trabajo que le gusta como becaria en una prestigiosa compañía y un grupo de amigos con el que sale de vez en cuando. Es feliz, a su forma, con todo cuadriculado. Sin embargo su tranquilidad se verá trastocada por la llegada de Lulu, que hace que su vida vuelva a ser un torbellino... como hacía años que no lo era.