- ¿Acaso te arrepientes de haberme conocido?- preguntó con un poco de furia en sus ojos, o quizá era desesperación. - No podría nunca arrepentirme de haberte conocido, Scott. - ¿Entonces por qué no te vienes conmigo?- Gritó, sus ojos mostraron un tono más oscuro, sentí un fuerte escalofrío. - Porqué tengo miedo de que esto no sea real.