¿Alguna vez has sentido miedo? Apuesto a que sí. Esa sensación de pánico, inquietud que hace que te tiemblen las rodillas y se te ericen los pelos de la nuca. Esa sensación de que te están observando frente a un espejo, en tu armario, o tan solo, detrás de ti. Esa sensación que te obliga a gritar y a correr como si no hubiera un mañana, y tal vez no lo haya.