Acérquense todos aquellos que deseen saber la historia de estas peculiares chicas, las Caperucitas, nada más y nada menos que siete, de diferentes colores, de diferentes nombres, de diferentes cualidades, de diferentes procedencias y de diferentes historias.
Caperucitas negra, rosa, verde, naranja, celeste, azul y, por supuesto, roja tuvieron que vencer muchas dificultades para conseguir su propósito, no creáis que por ser Caperucitas solo debían llevar comida a la casa de su abuelita y tener cuidado con el lobo, esta historia es muy diferente.
Hay quien considera esto ya una mito, pero créanme que pasó.
Un malvado hombre llamado K mantenía nuestra ciudad bajo su poder, ¿cómo llegó a él? Y más importante, ¿cómo lograron las caperucitas pararlo? Si de verdad queréis saberlo, abrid bien los oídos porque aquí empieza esta historia.
Érase una vez...
[Desgaste rápido + Mimos grupales + Lider femenina gentil + Escoria aplastante]
Su Zhiruan había muerto inesperadamente y estaba atada al Sistema de parto.
Completar tareas le haría ganar la vida eterna y una riqueza inagotable.
¡Esto suena genial! En su última vida, no tuvo hijos. Después de unirse al sistema, fue bendecida con muchos hijos y fue mimada hasta el cielo por el protagonista masculino.
¡Todos sus hijos eran obedientes, sensatos y fáciles de criar, lo que la convirtió en una verdadera portadora de fortuna!
[Escenario uno]: Cinco años después del reinado del Emperador, el harén no había producido descendencia. Después de una noche de pasión con Su Zhiruan, el harén se llenó de príncipes y princesas.
El Emperador los adoraba incluso durante las sesiones de la corte, dejando de lado su comportamiento imperial para jugar con los niños y enseñar personalmente a los príncipes. Su mirada hacia Su Zhiruan se volvió cada vez más ferviente.
"Querida, ¿te gustaría ser mi Emperatriz y juntas cuidar de nuestros hijos, convirtiéndote en mi esposa por encima de todas las demás?"
[Escenario dos]: Se rumoreaba que el caballero más misterioso de la capital estaba discapacitado. Se acercaba a la mediana edad y no tenía descendencia.
Sus parientes lo observaban con curiosidad y deseaban su muerte a diario.
La llegada de Su Zhiruan desbarató por completo sus planes, ya que ella le dio a este apuesto hombre una prole de hijos.
Cuando pensó en irse, él la abrazó, sus ojos normalmente fríos y orgullosos llenos de súplica. Su voz era profunda y baja.
"Esposa, por favor no me dejes a mí ni a nuestros hijos. Te lo ruego".