Los guerreros solares han desaparecido, quedando solo los de la raza amarilla, quienes se han encargado de ocultar no solo a las otras razas, sino que también a las criaturas mágicas. Dejando así Peumayen como un lugar de humanos sin poderes.
Cimi tuvo la suerte de obtener uno de aquellos poderes, pero no todo era bueno. Obtuvo el poder de un guerrero blanco, quien se supone que ya no existe. Así que ahí está, con un poder que no debería existir y perteneciente a una especie que debería estar extinta. Y eso no se acerca a lo peor de todo, el poder que recibió es el poder de la muerte, de controlarla y darla. Ni en sus mejores momentos aquel fue un poder bien recibido, mucho menos ahora.
Debe unirse a un grupo de guerreros, que no la ven con buenos ojos, para intentar encontrar la prisión en la que mantienen ocultas a las razas desaparecidas, lo que la lleva al Reino del Huilli, hogar de todos los guerreros amarillos. Ahí conocerá a Ahau, el líder de todos que esconde tanto como lo que le esconden a él.