Desde que Iago pasó a formar parte activa de la vida de Verónica todo es nuevo para ella. Su aburrida rutina se transforma en el día a día de dependencia y necesidad de él. Porque sí, se vuelve adicta. Adicta al chico de ojos azules que la atrapa con su mirada, la hace temblar con sus caricias y le inspira fuerzas con su vitalidad. Sabe que Iago es un chico misterioso y peligroso, que no debería acercarse mucho a él, pero la hace sentir viva y no piensa renunciar a esa sensación. Está dispuesta a conocerlo aunque eso signifique darle la oportunidad de herirla. ***** ***** ***** Vota si te gusta y comenta para ayudarme a mejorar la historia. Portada creada por @MissyofMuse